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Puerto Varas – Hornopirén


Después de una noche muy lluviosa despertamos en un Puerto Varas de aire limpísimo. Merkén y Ontuán aprovecharon de correr, perseguir y ser perseguidos por pájaros y jugar con los amigos que se habían encontrado el día anterior, en el amplio terreno que nos ofrecía la cabaña.

Como teníamos planificado, nuestra primera parada fue el SAG de Puerto Montt para tratar de conseguir el certificado zoosanitario. Nos fue mal. La verdad es que cometimos hartos errores y a la vez fuimos mal informados. Nos quedamos con la idea que el certificado del veterinario y certificado de las últimas vacunas eran suficientes, pero no. Hay que presentar todo el historial del perro y nosotros no lo andábamos trayendo. Nos lo escanearon desde Santiago y vamos a hacer un último intento en la oficina de Futaleufú. Si no resulta, cambio de planes, seguimos por Chile y “todo pasa por algo” no más.

En fin…seguimos nuestro camino en dirección a Caleta Arenas. El paisaje se pone cada vez más lindo. Paramos en Metri a saludar a unos amigos que tienen un pequeño local casero donde venden unas empanadas riquísimas y arriendan kayaks: El Rafa. Está frente a la playa por lo que después de comer nos fuimos los 4 a pasear por la arena y a subir rocas: le encantó!!!!

Caleta Arenas está al lado así que en 15 minutos estábamos en la cola para abordar “El Trauco” ($9. 500 x auto), el ferry que en un viaje de aproximadamente 30 minutos nos llevó hasta Caleta Puelche. Los cachorros ni se enteraron de este viaje ya que iban durmiendo (creemos que ellos en su cama-jaula van más cómodos que nosotros)

Entramos de pleno entonces a la Carretera Austral y ¡pucha qué es lindo Chile! El paisaje es realmente sobrecogedor. La carretera está en varios tramos asfaltada y la verdad, deja sin palabras (al menos a mí que vengo por primera vez).

Camino a Hornopirén, destino final de esta jornada, decidimos desviarnos en Pichicolo

para admirar el paisaje y para que los perritos estuvieran cerca del agua. Parecían más focas que perros y nos costó sacarlos del agua. ¡Estaban en llamas! ¡ Qué perros más felices!

Finalmente llegamos a Hornopirén pueblo, donde hay comercio y cajero automático y seguimos en busca de Cabañas y Camping Bosque Patagónico ( dirección) que habíamos reservado en Booking con anticipación y que ya nos había dado el vamos para llegar con los canes. Nos recibieron (dueña y perrita) con una tremenda sonrisa, una cabaña calentita y un lugar maravilloso donde nuestros perritos tienen el tremendo espacio para explorar, jugar y correr libremente.

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